La Rochelle con vista al mar y perfecta para visitar

por Oct 5, 2020Europa, Francia, Viajes0 Comentarios

El objetivo un lugar con vista al mar, por eso el destino era La Rochelle. Salimos después del desayuno y agarramos la D47 hasta empalmar por la D45 con D710 que nos iba a llevar a pasar por Les Eyzies De Tayac, un pueblito muy bonito que como Rocamadour, esta dentro de una montaña.

Al salir de ahí, seguimos por la misma ruta para llegar a Periguex, otra muy bonita ciudad. En ninguna paramos demasiado, aunque si lo merecen, porque nos apremiaba el tiempo. Sin dudas este trayecto era uno de los más largos del viaje (cerca de 4 horas) y además era domingo, por lo que todo estaba cerrado.

Agarramos la D939 para llegar a Angulema, lugar donde paramos a comer. Es de las tres paradas, la ciudad más grande. Si bien estaba todo cerrado, encontramos un mc donalds y lo usamos como parada para reabastecernos.

Después de ahí, encaramos directo para La Rochelle con la idea de llegar lo más temprano posible y poder aprovechar la tarde con vista al mar. Dejamos las cosas en el hotel que habíamos reservado por Booking: Hotel La Fabrique.

La Rochelle es una ciudad fortificada con vista al mar. Sin dudas es una parada obligada en esta zona, porque es muy linda. Mantiene casi intacto la entrada desde el mar hacia el puerto viejo.

Fuimos a la Torre San Nicolás, a la puerta del reloj (donde se ubica el mercado) y si quieren más detalles pueden ingresar a nuestro post ¿Qué hacer en La Rochelle?

En el medio del recorrido, paramos a merendar en la costanera un buen café y una crepe al aire libre pero con calefacción. Estaba lleno de gente, es como el plan dominical para los locales y turistas domingueros.

Por la noche fuimos a la callecita de los restaurants top, Rue St Jean du Pérot, donde hay un montón de bolichitos que poco tienen que ver con los que están en la costanera. Elegimos Fleur del sel. Entrada, plato y postre como es habitual (se los dejamos en las fotos) con un vinito rosado que estaba delicioso.

Cuando terminamos, nos volvimos caminando con mucho frio por la costanera. Poca gente y una caminata con el ruido del mar golpeando contra las rocas.

Al otro día, desayunamos en el hotel que lo teníamos incluido desde Buenos Aires. Estuvo correcto, el lugar era muy moderno, muy lindo, como todo el hotel. Al terminar, pasamos por Les Petits Pains – Boulangerie Gourmande para comprar provisiones hasta el viaje, donde la primera parada era Angers.

Así nos despedíamos de La Rochelle y también del mar, era la ultima vez que lo íbamos a ver en este viaje.

Las imágenes del día
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