Fernando Iglesias Molli creó en la cochera de su casa en Belgrano uno de los mejores cafés de Argentina. Todo esto, sin dejar que este nuevo espacio, deje de ser su casa. Así te sentís cuando entrás por primera vez.
La sensación de ser un intruso en un lugar muy íntimo se desvanece cuando Fer o alguno de los chicos que trabajan con él te saluda, te saca tema, te pregunta qué querés tomar y te hace sentir parte de la reunión. Y lo hacen de forma natural. Les sale. No es forzado, y tampoco es una invasión a la privacidad de alguien que va solo a tomar un café. Aunque nadie va a hacer solamente eso cuando va a Oss.
El lugar es extremadamente chico, inversamente proporcional a lo gigante que es la experiencia de visitarlo. Una mesa de madera bien grande ocupa el 80% del espacio y es sin dudas el centro de la escena. Hace pasar desapercibida a la Nuova Simonelli Appia II en la que hacen el café. Encima de ella siempre hay algún filtrado y algunas de las delicias dulces que venden. De un lado están Fer y los baristas y del otro todos nosotros, con una capacidad máxima de 6,7 personas apretadas. En el fondo están la bacha, un hornito eléctrico, libros, algunas heladeras bien escondidas (de las chicas…las grandes no entran). Todo el espacio es tremendamente aprovechado por el arquitecto que es dueño del lugar.
Los fines de semana el lugar explota de gente. Veinte, treinta y hasta cuarenta personas en la vereda tomando café, comiendo algo rico mientras algun artista toca su música, o hace una intervención. Porque todo sucede en Oss Kaffe. Solo un tipo como su dueño podría imaginar tantas cosas en un lugar tan chico.
Hablando propiamente del café es excelente. Venden café Puerto Blest, pero trabajan micro lotes que seguramente eligen ellos mismos. Tienen varios orígenes y te recomiendan cual es mejor para el tipo de extracción que vas a querer tomar.
Hemos probado casi todas las bebidas de la carta y casi todas las cosas que se pueden comer.
Lo mejor para para el estomago de lo que probamos es la tostada de salmón ahumado. El pan es de los chicos de Brod Panes, de masa madre y con semillas. No regulan con la cantidad de salmón y de queso crema. Excelente.
Para lo dulce yo me quedo con el brownie, si es que así se le puede llamar, a ese invento hermoso que tiene chocolate, dulce de leche y maní. Una bomba atómica.
Para tomar siempre variamos en lo mismo: flat White, expresso, frapuchino frio (con caramelo) y el Ossten, un invento propio que consta de: un café extraído con slow drip, ginger ale, limón, hielo y sal de himalaya. Te pega directamente en la nuca y te deja bien despierto.
Si te gusta el café y su cultura este es un lugar único para visitar.
Para días con temperaturas superiores a los 22,23 grados recomiendo tomar un Angelo Paolo, una bebida a base de Gin Piel y limón. Para refrescarte la vida.
- Comodidad 50%
- Limpieza 100%
- Experiencia 100%
- Calidad del producto 100%
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